Abril Sant
Antes de escribir Lealtad Impune, fui masajista erótica y comencé a practicar la Tantra de forma real y consciente al cumplir 36 años. Estudie los libros de Ramiro Calle y Andre Van Lysebeth sobre el yoga y la Tantra que dieron luz a mi oscuridad y desmitificaron el sexo.
Como masajista erótica me hacia llamar Nuria Tao, no tengo nada que ocultar ni de que avergonzarme pues antes de llegar al masaje erótico, en mi autobiografía novelada Lealtad Impune detallo en profundidad porque decidí ser masajista erótica y cuales son mis inquietudes sexuales, emocionales y místicas. Todo ello mezclado con tramas de ficción, misterio y un tinte de novela negra.
Os hablaré un poco de mí como escritora, todo comenzó cuando era niña y por diversos motivos empecé a escribir en un diario mi forma de ver la vida.
En el instituto me enamoré platónicamente de Eduardo Mendoza, mi primer trabajo de literatura con nota fue gracias a él pero eso no evito mi fracaso escolar más estrepitoso.
Creo en el arte de la palabra, pero a pesar de que en mi vida personal doy demasiadas vueltas para explicar las cosas, cuando escribo intento ser fresca y directa, por que entendí que una joya literaria lo será dependiendo de quien la lea, y las frases largas o rebuscadas si se utilizan en exceso me marean.
El narrador que más me gusta es el deficiente, motivo por el que me enamoré del señor Mendoza.
Ahora me gustaría contaros algo sobre mi vida más actual:
Después de un año en Londres, donde aprendí un ingles de la calle y poco cultivado,
volví a España dándome pataditas en el trasero, por que aquella ciudad pudo con mis nervios y emociones. Me traje lo mejor que me pasó en la vida, Lolo, un gato que me salvo de la locura y con el que descubrí que podía formar mi propia familia.
Al llegar a España y descubrir que los pocos amigos que tenía votaban a ese partido que se llama como un diccionario, y debido a que era algo que no podía soportar, no que lo votaran, sino las conversaciones donde este tipo de españolito se sentía superior solo por haber tenido la suerte de nacer en el pais correcto, entre eso y que parecía que escuchaba a mis abuelos cuando soltaban ese discurso rancio y retrogrado que me ponían los pelos de punta, empecé a plantearme que lo mejor era cambiar de amistades.
Me inscribí en la escuela Metáfora dirigida por don Pablo Carrion, y desde el primer minuto que pise su escuela me invadió una sensación de bienestar que jamás olvidare. Descubrí que me seguía gustando escribir, y el método de Pablo me dio rapidez mental para los microrelatos.
Gracias por estar ahí.
Gracias Abril por conocerte, fue por casualidad y gracias a Juanjus , ya he conseguido libros tuyos y estoy leyendo Lealtad impune y me guata mucho
ResponderEliminargracias a ti, por tu respuesta, la verdad es que tengo que agradecerle a juanjus mucho mas de lo que la gente se imagina, aunque tenga mis diferencias con él eso no significa que no valore la oportunidad que me dio...
EliminarEstá claro que premio nobel no vas a ser. Anda, antes de escribir lee un poquito, a ver si consigues tener un poco más de cultura, que no te vendrá mal
ResponderEliminargracias por tu comentario...
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